El sangrado de encías, también conocido como encías sangrantes, es un problema de salud bucal que no debe pasarse por alto.
Por lo general, las encías que muestran sangrado a la hora del cepillado, con el uso del hilo dental, durante el sueño, durante o después de comer, o de forma espontánea, son unas encías que no están saludables y es una señal de alarma sobre la existencia de una patología más compleja.
¿Alguna vez has sentido un sabor metálico en tu boca y te has dado cuenta de que tu encía sangra sin razón aparente? En principio, si no ves ninguna herida, es una molestia que puede olvidarse e ignorarse, hasta que sucede de nuevo.
Dentro de los pacientes que comparten afecciones de este tipo, existen casos agudos en los que el suceso ocurre una vez y es aislado, y casos crónicos en los que aparece sangrado de forma periódica, aquí es necesario un seguimiento constante y un tratamiento más agresivo.
Las causas de este sangrado pueden ser varias, es urgente que acudas a tu odontólogo de confianza para que pueda realizar una valoración completa y remitirte al especialista indicado en caso de ser necesario. A continuación, te contamos cuáles son esas enfermedades comunes que causan el sangrado de encías, los diferentes tipos y en qué casos debes preocuparte.
Enfermedades que causan sangrado de encías
Hay dos enfermedades por excelencia conocidas por ser las principales causas del sangrado de encías: gingivitis y periodontitis.
Ambas son enfermedades muy similares en distintos niveles de complejidad. La gingivitis ocasiona el enrojecimiento, sangrado e inflamación de las encías, y la periodontitis va mucho más allá, afectando no solo las encías, sino también el hueso mandibular. El origen de esta inflamación es simple: la deficiencia en una correcta higiene bucodental, lo que desencadena en acumulación de placa.
Si el sangrado de encías o una enfermedad periodontal aparece a pesar de una rutina de higiene oral constante y efectiva, lo más probable es que se trate de un efecto secundario relacionado a causas ajenas a la higiene bucal. Algunas de las razones aisladas por las que puedes desarrollar una infección en las encías son:
- Leucemia.
- Uso de anticoagulantes.
- Mal uso de la seda dental.
- Deficiencia de vitamina C.
- Trastornos hemorrágicos.
- Prótesis dentales o retenedores mal ajustados.
- Deficiencia de vitamina K.
- Embarazo.
Descartadas estas causas externas, el enfoque regresa a la gingivitis y periodontitis.
La gingivitis es una complicación en las encías más común de lo que se piensa, en especial durante cambios hormonales propios de la adolescencia y el embarazo. A nivel mundial, la gingivitis se presenta al menos una vez en el 90% de la población mayor de 19 años, y 750 mil millones de personas padecen una enfermedad periodontal persistente.
Por suerte, es un diagnóstico reversible y tiene cura, siempre y cuando se detecte y se trate a tiempo. Cuanto más tiempo pase, la enfermedad avanza y sus complicaciones aumentan.
Seguramente escuchas hablar de la placa dental todo el tiempo, tu odontólogo te advierte de sus riesgos, en los comerciales de enjuague bucal te la mencionan, y sabes que el principal objetivo del cepillado es deshacerse de ella. Pero, ¿qué tan peligrosa es esta acumulación?
Las bacterias que se acumulan en la boca, se adhieren a la capa externa de los dientes en forma de biopelícula, su permanencia empeora si se tienen hábitos de consumo de tabaco, si se tienen deficiencias de algunas vitaminas en el organismo o, incluso, tratamientos que tengan una repercusión directa en el sistema inmune.
Llegar a la raíz de esta complicación puede brindarte satisfacción, tranquilidad y seguridad, no solo al comer y lavar tus dientes, sino en entornos sociales. Sentir cualquier clase de complejo con relación a la zona de la boca tiene un impacto en la forma de reír, en la enunciación de nuestras palabras y en la espontaneidad para expresarte.
Tipos de sangrado de encías
Identificar el tipo de sangrado de encías que presentas es importante para llegar a un tratamiento efectivo de forma rápida. Como hemos reiterado, el diagnóstico exacto del sangrado está directamente relacionado con sus causas. Te contamos qué tipos hay y cómo proceder en cada caso.
- Sangrado por gingivitis y periodontitis: A causa de la gingivitis, se forman calcificaciones de sarro que solo pueden removerse en la silla del dentista mediante una limpieza dental. Por otro lado, con una enfermedad periodontal la infección no solo afecta las encías, sino el hueso maxilofacial y los tejidos alrededor. La periodontitis puede causar que los dientes se aflojen o se caigan.
Los síntomas de esta enfermedad son fáciles de identificar, por ejemplo, encías inflamadas o sensibles, alargamiento de dientes por retracción de la encía, sangrado al usar el cepillo de dientes y el hilo dental, además de mal aliento y sabor amargo en la boca.
- Sangrado por cepillado muy brusco: Hacer fuerza excesiva con el hilo dental y cepillar con mucha fuerza ocasiona daño en las encías, lo que puede llegar a producir sangrado. Usar un cepillo eléctrico puede ayudar a que el cepillado sea más delicado e igual de efectivo. Una visita a tu clínica dental de confianza te permitirá aclarar tus dudas sobre la forma correcta de realizar la limpieza.
- Sangrado por prótesis dentales: Es común que el uso de prótesis dentales o dentaduras postizas como puentes ocasionen irritación y sangrado en la encía. Esto ocurre cuando la prótesis es muy pequeña o queda muy ajustada a la boca, ocasionando constante fricción cuando se quita y se pone. Recuerda que si es del tamaño justo, no debe causarte molestias ni incomodidad.
- Sangrado por otros problemas médicos: Todo tratamiento médico que incluya la toma de anticoagulantes, aumenta las probabilidades de presentar sangrado en las encías de forma espontánea. Además, diagnósticos como la leucemia y la diabetes son conocidas por causar sangrados dentales.
- Sangrado por deficiencia de vitaminas: Cuando se tiene una higiene oral buena y no se encuentran razones para el sangrado, es buena idea que revises tu dieta y la cantidad de nutrientes que brindas a tu cuerpo. En este caso, lo más probable es que presentes otros síntomas en otras zonas del cuerpo.
¿Qué vitamina me falta si me sangran las encías?
Existen dos vitaminas principales que pueden faltar en tu dieta si presentas sangrado de encías, estas son la vitamina C y la vitamina K. La vitamina C aporta nutrientes fundamentales para la reparación de cartílagos y huesos, además de preservar su buen estado.
Una deficiencia moderada de vitamina C causa cansancio, irritabilidad y debilidad; en casos severos ocasiona hemorragias, sangrado en las encías, aparición de hematomas espontáneos, sequedad en piel y cabello, y anemia. Para aumentar su consumo en tu dieta, come muchos pimientos, tomates, papas, frutas y jugos cítricos, brócoli y fresa.
La vitamina K, por otro lado, cumple el importantísimo rol de contribuir a la coagulación de la sangre, su deficiencia causa hemorragias, hematomas y aumenta el riesgo de padecer osteoporosis. Esta carencia es especialmente peligrosa en bebés. Para aumentar su consumo, añade a tus platos aceite de oliva, soya, aceite de colza, lechuga, acelgas, espinaca, col rizada, arándanos azules e higos.
Mantener una buena proporción de estas vitaminas es muy fácil, la cantidad de alimentos que las contienen son innumerables y deliciosos:
Alimentos ricos en vitamina C | Alimentos ricos en vitamina K |
Guayaba — Pimientos — Kiwi — Papaya — Coliflor — Coles y repollo — Frambuesa— Limón y naranja — Mango — Mandarina — Espinaca — Espárragos — Melón — Habas — Calabaza — Piña — Cebolla — Jugos — Mollejas — Aguacate — Cebolla — Mora — Tomate — Ajo — Papa — Manzana — Plátano — Melocotón — Cereza — Apio — Berenjena — Zanahoria.
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Lácteos y mantequilla — Pimientos — Alcachofa — Garbanzo — Maíz — Lentejas — Café — Infusiones — Arroz — Pasta — Pan — Mostaza — Azúcar — Miel — Espinaca — Ciruelas pasas — Brócoli — Repollo — Remolacha — Atún — Pistacho — Avellanas. |
¿Cuándo preocuparse por un sangrado de encías?
Teniendo en cuenta que unas encías saludables y limpias no deben sangrar sin razón, y que este sangrado siempre es síntoma de un problema de fondo, lo más aconsejable es acudir a tu clínica dental ante la aparición de cualquier tipo de molestia dental. Luego de un chequeo detallado, tu odontólogo encontrará la forma más óptima de solucionarlo.
Recuerda que las enfermedades casi nunca son silenciosas, todos los dolores o anomalías que presenta nuestro cuerpo es una manera de avisar alguna alteración en el funcionamiento normal de los órganos, incluídos dientes y molares.
De ignorarse un sangrado de encías crónico, lo más probable es que la gingivitis en desarrollo avance hasta convertirse en una enfermedad periodontal mucho más grave. Llegar a este extremo pone en riesgo toda tu dentadura; si acompañado al sangrado notas que tus encías empiezan a retraerse dejando al descubierto mayor parte del diente, puedes empezar a perder piezas.
Una vez las bacterias alcanzan el surco gingival —ese límite entre la encía y el diente—, comienza la pérdida del hueso maxilofacial; este diagnóstico se conoce como bolsa periodontal y requiere de tratamiento urgente.
Si tu diagnóstico es una enfermedad periodontal, será necesario un estudio radiológico para determinar la profundidad del surco gingival; este puede llegar hasta los 3 milímetros. Es posible encontrar un grado de daño distinto en cada diente, algunos estarán más afectados que otros.
El tratamiento para la enfermedad periodontal consiste en un detartraje dental es decir, un proceso de raspado y alisado del hueso maxilofacial y los tejidos involucrados. Mediante el tratamiento, se limpia de forma profunda y exhaustiva la placa solidificada acumulada debajo de las encías.
Usualmente, de 4 a 6 semanas posteriores al detartraje, se puede verificar la efectividad de la limpieza y el nuevo estado de la encía. Si la cantidad de cálculo y placa es normal, se da finalización con una profilaxis y una despigmentación dental. Así se logra que el paciente no acumule tanta placa bacteriana de nuevo.
Recuerda que todo tipo de tratamiento dental que decidas realizar, debe ser en manos de clínicas dentales certificadas y con profesionales expertos en cada campo de experticia.
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